Me sorprendí muchísimo cuando sentí que alguien se me lanzaba al cuello y tuve que agarrar en el aire los libros que había soltado del susto, volteándome a mirar quién era, aunque por la voz le reconocí de inmediato.
Mezcla de enfado por el susto y por alegría de verle, pero tenía que regañarle, no fuese a tomarlo por costumbre.
- ¡Sirius!- le dije en tono enfadado- ¿Qué crees que haces? Casi me da un infarto...- respiré. Bueno, era cierto que se me había acelerado el corazón, pero no era tanto por el susto como por otra cosa.
Luego del regaño le sonreí.
- Hola...