El castigo de Kazuki Ran

/luchaba por no dejar salir a mi otra personalidad/


no

/negue rotundamente/

Hunde un poco más la daga, para causarle daño y que se retracte de lo que ha dicho.-Maldito mocoso... Eres un idiota.-Hace una especie de círculo que no llega a cerrar, después otro tajo más, pequeño, eso sí, hasta formar una minúscula G en su abdomen.-Mírate, ahora tienes la G de Geoffrey...

/ya no pude retener a mi otra personalidad y esta salio cambiando asi los ojos a su color habitual/


sensei?

Observa con mal dismulado placer cómo la sangre brota de la pequeña herida que le ha abierto al chico. Una sonría malévola se le dibuja en la cara y le mira a los ojos. Le encanta tenerlo a su merced en la cruz.-Bueno, bueno... ¿Has recapacitado? ¿Te vas a disculpar?

de que acaso hize algo malo sensei?


/dije mirandolo con la mirda infantil que me caraterizaba/

-¿Estás jugando conmigo, estúpido mocoso?-Le vuelve a golpear la cara, con la mano. Hacerlo con la daga sería muy bestial hasta para alguien como él.-¡No te burles de mí, niñato!-Le desabrocha el botón de los pantalones y se los baja hasta la rodilla.

(u.u cambio de personalidad no era lo k kerias?)



iiee sensei yo no se de que me habla


/dij viendolo con lagrimasen los ojos/

(Yo sí, pero el profesor no lo sabe. XD)

-No sabes nada, ¿verdad?-Coloca la daga sobre esa zona en concreto. No pretende hacerle daño, simplemente asustarlo.-Debe haber aflorado tu personalidad de niñito estúpido, tal y como decías antes. Qué bien... Así me deleitaré más hasta que pidas perdón.-Con la otra mano le acaricia la mejilla.

iiee sensei onegai


/dije mirandolo suplicante/

Retira la daga de esa zona. Supone que es demasiado para el chico... No obstante, se acerca hasta su armario predilecto y extrae de ahí un pequeño bote de sal. Se acerca hasta Kazuki y vierte un poco sobre la herida, para que le escueza y se retuerza de dolor.
-Bien, ¿ahora vas a pedir perdón o vas a seguir gimoteando?

gomenasai gomenasai

/dije llorando pues escocia mucho/

Le golpea la cara con el puño cerrado.
-Eres un llorica. Sólo es una herida de nada.-Deja el bote de sal sobre la silla y acto seguido le baja de la cruz.-Ahora ve a la enfermería a curarte y tráeme el trabajo mañana, sino, esto irá a peor. ¿Comprendido?-Inquiere en un tono frío y serio.

iiee no lo hare

/dije con una mirada infantil/

no despues de como me trato

Pone los ojos en blanco, con un suspiro.
-Vaya, vaya... Me parece que a ti te gusta que te peguen. Lo estás buscando, ¿no es cierto?-Lo agarra de un brazo y se lo retuerce.-No me costaría nada rompértelo; eres demasiado pequeñito para alguien como yo. No quiero que vuelvas a desobedercerme o será peor.

/aprete los dientes/


/y me quede quieto sin decir nada/

Le suelta de golpe para que caiga al suelo y le propina un puntapie, sin excesiva fuerza, en el estómago. Se agacha para quedar a su altura.
-Pobrecito... Tienes suerte de que no te haga lo mismo que hacían los romanos. Porque te enterarías tú de lo que es bueno. Ya me da igual si haces el trabajo como sino, sólo eres un indisciplinado que busca camorra.-Se levanta y sale de la sala.

maldito estupido


/dije lo suficientemete alto paraque me oyera/

Se para en la puerta y le dedica una austera y fría mirada que podría significar cualquier cosa.
-Yo no estaría tan seguro.

/me levante con la herida ya cerrada pues los vampiros de pura sangre contaban con un poder de regeneracion impresionante/


bueno han sido meras cosquillas

/dije sonriendo de forma infantil/

Ya que las cosas no le afectan, decide dejar al chico. No es su problema si sale un delincuente. Tal vez hay otros profesores que puedan dominarlo mejor.
-Me alegro. Uy... Casi me olvido.-Regresa a por su camisa y apenas le dirige una mirada.

/sali de alli sin siquiera mirarle/